Fecha de la recomendación: 03 de agosto de 2021
Se ha demostrado que las embarazadas presentan mayor riesgo de COVID-19 grave, ingreso en UCI, necesidad
de ventilación mecánica y muerte que la población general, aunque el riesgo absoluto permanece bajo. Además, podrían
tener un riesgo incrementado de resultados adversos relacionados de la gestación, como el parto pretérmino y algunos
riesgos neonatales derivados.
A lo previo, debe añadirse la coexistencia de otros factores de riesgo que deberían ser tenidos en cuenta en la
decisión de vacunación, tales como: obesidad, tabaquismo, diabetes, HTA, inmunodepresión, etc. El riesgo asociado a
la exposición en el puesto de trabajo también debe considerarse, aunque la primera medida preventiva debe ser siempre
la adaptación del puesto de trabajo.
El embarazo no constituye una contraindicación para la vacunación frente a la COVID-19 según las fichas técnicas
de las vacunas disponibles. No obstante, debido a la necesidad de proteger el desarrollo del feto, la decisión de
vacunación merece una atención especial y la mayor prudencia.
Existe limitada experiencia en mujeres embarazadas con las vacunas actualmente disponibles en la UE.
Recientemente se han conocido los resultados preliminares del registro de vigilancia epidemiológica V-safe, realizado en
los EE. UU. en el que se identificaron 36.591 mujeres que habían recibido alguna de vacunas frente a COVID-19 de
ARNm (vacunas de Pfizer y Moderna) estando embarazadas o en el periodo pre-concepcional. Los resultados muestran
que tanto el perfil de reacciones locales y sistémicas tras la vacunación, como la mayor frecuencia observada tras la
segunda dosis, están en línea con el perfil de reactogenicidad observado en la población de mujeres no embarazadas
que reciben estas vacunas. Un total de 3958 de las mujeres participantes aceptaron ser incluidas en un registro para
hacer un seguimiento del embarazo y evaluar los posibles efectos de la vacunación en el mismo (V-safe pregnancy). En
la fecha de corte de los resultados preliminares publicados (30 de marzo de 2021), un total de 827 mujeres vacunadas
habían completado el embarazo, un 13,9% con pérdida de embarazo y un 86,1% a término y sin complicaciones, en línea
con las tasas esperadas en la población general. Cabe resaltar que la gran mayoría de estas mujeres que habían
completado el embarazo para estos resultados fueron vacunadas en el último trimestre del embarazo, por lo que se debe
ser muy cauto antes de extrapolar los resultados de este estudio a la exposición a la vacuna en momentos más tempranos
del embarazo dado que en estos grupos el tiempo de seguimiento en el estudio es aún muy limitado como para extraer
conclusiones firmes.
La experiencia con el uso de las vacunas en el embarazo demuestra el amplio margen de seguridad de estas,
incluso en el caso de las vacunas clásicamente contraindicadas como son las atenuadas. En el caso de las vacunas de
la COVID-19, que no contienen agentes vivos, la creciente experiencia acumulada, que en el momento actual proviene
en su mayoría de embarazadas vacunadas en el segundo o tercer trimestres, no ha mostrado señales de alerta en
relación con la propia gestación y los recién nacidos, aunque quedan por completar los estudios en marcha
¿Podemos vacunar frente a la COVID-19 a las mujeres embarazadas o que estén planificando un
embarazo?
específicamente diseñados para este objetivo.
La situación actual de la pandemia se ha traducido en una mayor incidencia de infección también en las
mujeres embarazadas, con aumento en la hospitalización, ingresos en UCI y casos fatales, por lo que aumenta
la necesidad de reducir al máximo la circulación y transmisión del SARS-CoV-2 y de proteger de la infección a
las embarazadas. Por este motivo, se recomienda la vacunación a las mujeres embarazadas.
Por las mismas razones es necesario: 1) asegurar la correcta información que reciban las gestantes para una
adecuada decisión al respecto, para lo cual sería muy recomendable establecer puntos de vacunación específicos para
mujeres embarazadas en torno a los servicios de Ginecología y Obstetricia hospitalarios y/o Consulta de Matronas en
los centros de salud en los que se pueda llevar a cabo la valoración individualizada correspondiente 2) facilitar la
vacunación de las gestantes, a partir del segundo trimestre, ante cualquier contacto con el sistema sanitario 3)
intensificar la vigilancia de la seguridad de esta vacunación en mujeres embarazadas, para lo cual deben apoyarse
iniciativas para un registro nacional con un protocolo de seguimiento para ello; 4) Fomentar la vacunación del entorno
de la mujer embarazada. Tanto la embarazada como su entorno, deben ser particularmente rigurosos en el cumplimiento
de las medidas dirigidas a proteger frente a la infección.
Estas recomendaciones podrán ser modificadas a la luz de nuevas evidencias.
Por la mayor experiencia con las vacunas de ARNm, estas deberían ser las vacunas empleadas en las mujeres
embarazadas, independientemente de la edad de la gestante.
El riesgo de complicaciones asociadas a la infección COVID-19, tanto para la gestante como para el feto, es mayor
durante la fase final del segundo trimestre y en particular en el tercer trimestre de la gestación. La experiencia sobre la
vacunación en el primer trimestre del embarazo es todavía muy limitada y por otro lado es lógico proteger al máximo el
primer trimestre de la gestación.
Por ello, se recomienda la vacunación generalizada, preferiblemente a partir de la semana 14, una vez superado el
periodo de mayor riesgo teórico para el feto por la vacuna y con el fin haber alcanzado la vacunación completa antes
de llegar al periodo de máximo riesgo de complicaciones de la infección natural.
Dado que no existe contraindicación para la vacunación en ningún trimestre del embarazo, la vacunación en el
primer trimestre puede considerarse de modo individual en aquellas gestantes que por la presencia de comorbilidad o
alto riesgo de exposición se considere que el beneficio supera los riesgos.
En mujeres que estén planificando un embarazo, se recomienda la vacunación completa previa al mismo.
¿Se debe evitar el embarazo tras la vacunación?
¿Cuándo vacunar frente a la COVID-19 a las mujeres embarazadas?
¿Qué vacunas hay que utilizar en las mujeres embarazadas?
No es necesario esperar un tiempo determinado entre la vacunación y la búsqueda de un embarazo. Según la ficha
técnica de las vacunas actualmente disponibles, los estudios en animales no mostraron efectos dañinos directos o
indirectos con respecto a la toxicidad reproductiva.
No está justificado recomendar la interrupción del embarazo después de una vacunación inadvertida a una mujer
embarazada, ya que los datos disponibles no muestran efectos dañinos directos o indirectos sobre el feto.
Si una mujer confirma que está embarazada después de haber iniciado la vacunación, debe recibir la información
adicional referida a la nueva situación y, salvo decisión en contra, proseguir con la vacunación de acuerdo con estas
recomendaciones. En el caso de que la primera dosis de vacuna hubiera sido de AstraZeneca, recomendamos utilizar
vacuna de ARNm para la segunda dosis.